El dolor de cabeza es una dolencia muy común, tanto en hombres como en mujeres. Se trata de un trastorno que se puede originar por causas físicas o psicológicas, dificultando la identificación del factor que lo desencadena, pues en ocasiones se presenta con otros síntomas.
Esta dolencia se puede dividir en subclases dependiendo de la intensidad y los síntomas. Una de las tipologías más comunes es la cefalea. Se trata de un síntoma que se puede presentar con otras aflicciones, como por ejemplo: fiebre, náuseas, mareos, tensión, ansiedad, entre otros.
La cefalea es una patología muy común que generalmente es pasajera. Son múltiples las causas que generan esta dolencia y, por ello, en ocasiones es difícil atacar al foco originario del dolor. Este síntoma constituye un gran quebradero de cabeza para profesionales de la salud que, en múltiples ocasiones, carecen de herramientas y fórmulas para poder detectar e identificar el causante del dolor.
Esta patología afecta más a mujeres que a hombres y, en múltiples ocasiones el dolor viene acompañado de otros síntomas. Esta dolencia afecta a la estructura craneal generando un dolor leve o intenso, dependiendo del foco y del origen que causa la dolencia. Pese a tratarse de uno de los síntomas más comunes y conocidos en todo el mundo se subestima y desprecia el impacto que causa a los pacientes, constituyendo un grave problema en la salud pública de todo el mundo.
La cefalea es una dolencia que puede llegar a incapacitar a una persona debido a la intensidad y la frecuencia del dolor. La dificultad de diagnóstico de los profesionales de la salud así como la falta de herramientas para encontrar el origen del dolor suponen un fracaso en toda regla del sistema sanitario.
Son múltiples las causas que originan la cefalea: fiebre, mucosidad, tumor cerebral, meningitis, deshidratación severa, una mala alimentación, estrés, malos hábitos, falta de deporte, malas posturas al dormir, estrés, ansiedad, depresión bruxismo (apretar los dientes mientras dormimos), infecciones, trastornos hormonales, herencia genética, entre muchos otros. Además, la cefalea se puede clasificar en diversos tipos dependiendo del origen así como la morfología del dolor.
Generalmente se administran ciertos fármacos y se aconseja cambiar y modificar ciertos hábitos para tratar esta dolencia. Sin embargo, neurológicamente carecemos de respuestas contundentes para tratar este trastorno. Por ello, el sistema sanitario internacional debe apreciar y valorar el gran número de personas que sufren esta dolencia y la carencia de una respuesta médica rotunda para garantizar la salud de miles y miles de personas. Pese a los esfuerzos que evidenciamos en este último siglo aun carecemos de un tratamiento efectivo y eficaz para erradicar esta dolencia.
El sistema sanitario de todo el mundo se enfrenta a uno de los trastornos más difíciles desde hace siglos sin poder encontrar una fórmula contundente y eficaz para tratar uno de los síntomas más comunes en el ser humano desde la antigüedad. Es evidente, por tanto, que la ciencia debe poner cierto empeño en afecciones que afectan a miles y miles de personas en todo el mundo.