El destino constituye uno de los fenómenos más difíciles de definir al tratarse de un elemento abstracto.
Nuestra vida es un sucedáneo de acontecimientos que se tejen y moldean un camino.
El destino es un viaje que vamos contemplando y recorriendo a la largo de nuestra existencia en la que la incertidumbre nos acecha debido al desconocimiento de nuestro futuro.
El paradigma de nuestra existencia constituye un enigma y una incógnita que puede llegar a provocarnos y cuestionarnos preguntas y debates insólitos donde se mezcla la religión, el esoterismo, la ciencia o la ética.
Ante estas dudas que nos planteamos muchos existen modalidades y formas para poder conocer ciertos aspectos de nuestro futuro, como el caso del tarot telefónico como este.
Conocer y reconocer ciertos aspectos de nuestro viaje constituye una forma de advertir y conocer ciertos elementos de nuestro devenir. El miedo, la incertidumbre y la congoja son las principales sensaciones que percibimos ante lo desconocido, como el caso de nuestro futuro.
Debemos comprender que en la vida hay múltiples interrogantes con respuestas vacías debido a que hay factores y fenómenos que no controlamos.
La vida es una consecución de errores y lecciones que debemos ir aprendiendo y descubriendo para ir perfilando nuestra personalidad y hacernos fuertes ante las adversidades. Perdernos, encontrarnos, dudar… es algo tan humano.
El descontrol ante los acontecimientos de la vida es algo normal, habitual y natural. Debemos comprender que en la vida hay altibajos, como en una montaña rusa y debemos comprender que sólo tenemos una vida y por ello debemos aprovechar las oportunidades y ser optimistas.
El destino se perfila a través de nuestros actos, si hacemos las cosas bien la Madre Naturaleza o el cosmos o como queramos llamarle, nos lo devolverá. En cambio, si hacemos las cosas mal tendremos que asimilar las consecuencias ya sea a corto o largo plazo. Es cierto que en algunas ocasiones algunas personas hacen mucho daño y no reciben el castigo de la naturaleza pero debemos advertir que tarde o temprano y de una forma u otra lo que uno siembra uno recoge, tal y como apunta el refrán.
Ante estos temas se generan diversos debates dada la incredulidad o la fe de ciertos individuos y colectivos. No podemos negar que hay aspectos “mágicos” o como queramos llamarlos que se alejan de la ciencia y de las teorías, se diluyen y difuminan ante teorías estancas.
Recurrir al tarot o a otras fórmulas adivinatorias constituye un método para desvelar ciertos acontecimientos de nuestro futuro.
La vida es un trayecto que requiere varios esfuerzos pero que nos ofrece grandes recompensas.
Debemos evitar la resignación ante sucesos inesperados y negativos y ser fuertes para salir adelante. La vida es un seguido de acontecimientos que dan lugar a un resultado y unos objetivos.
Nuestro destino, dinero o ganancias, por tanto, no está del todo escrito y por tanto nosotros mismos podemos llegar a ser guionistas de nuestra propia vida teniendo en cuenta las valoraciones de un tarotista y de nuestra actitud y comportamiento en nuestra vida.