Aunque en principio podría parecer que tanto las farmacias como las parafarmacias proporcionan los mismos productos, lo cierto es que no es así.
De hecho, contrario a lo que muchas personas suelen pensar debido a la similitud de sus nombres, estos negocios poseen diferentes objetivos de venta y se encargan de cubrir diferentes necesidades; aunque es posible que sean complementarios entre ellos.
Un ejemplo de esto consiste en que con el paso del tiempo, se puede conseguir una sección cada vez mayor de parafarmacia dentro de numerosas farmacias, que ofrecen a sus clientes productos destinados al cuidado y el bienestar.
Pero en general, los productos de ambos no son los mismos. Es decir, los medicamentos pueden ser vendidos por las farmacias únicamente con un receta médica, mientras que los demás productos de salud, los cuales no son medicinas, pueden ser comercializados por ambos.
En este sentido, destacan por ejemplo las tiritas, gasas, productos de dietética, de lactancia, de higiene capilar y corporal, artículos de ortopedia, entre otros.
Pero en caso de que te preguntes cuáles son las diferencias entre productos de parafarmacia y productos de farmacia, lo ideal es que sigas leyendo. Pero primero te decimos en qué consiste cada negocio.
¿Qué es una farmacia?
Una farmacia consiste en un establecimiento sanitario, el cual cuenta con un papel de gran importancia dentro de la salud pública, ya que a través del mismo se suelen comercializar tanto medicamentos como productos asociados a la salud.
Asimismo, ofrece asesoramiento sobre la manera correcta de utilizar las medicinas que se ofrecen en sus establecimientos.
Es apropiado decir que dentro de sus principales características, se encuentra el hecho de que disponen de una amplia variedad de medicamentos, los cuales solo pueden ser dispensados con una receta médica.
También hay que mencionar que junto a los auxiliares de farmacia, los farmacéuticos ofrecen los siguientes servicios:
- Adquisición, custodia, conservación y dispensación de productos sanitarios y medicamentos.
- Vigilancia, control y custodia de récipes médicos dispensadas.
- Garantía de atención farmacéutica a aquellos núcleos de población donde no haya oficinas de farmacia, a través de su área farmacéutica.
- Preparación de fórmulas magistrales y preparados oficinales, siempre que sea necesario y de acuerdo a los controles y procedimientos que están establecidos.
- Información y seguimiento de tratamientos farmacológicos.
- Colaboración dentro del control del uso individual de medicamentos, para detectar posibles reacciones adversas, e informar de ellas a los organismos encargados de la fármaco-vigilancia.
¿En qué consiste la parafarmacia?
La parafarmacia se trata de un establecimiento en el cual se comercializan productos medicinales (pero no medicinas) destinados tanto a la salud como al bienestar, los cuales no requieren receta médica.
El mismo no tiene permitida la venta de medicamentos, solo de productos medicinales que tengan base de herbolario y no cuenten con récipes.
Cabe mencionar que aunque son establecimientos de venta libre que no poseen restricciones legales en cuanto a su constitución, lo cierto es que cuentan con controles para los productos que ofrecen, entre los que se incluyen los siguientes:
- Productos de primeros auxilios (gasas, vendas y tiritas, etc.).
- Productos de lactancia (chupetes, biberones, pañales y teninas, entre otros).
- Productos de alimentación y dietética (papillas, leches infantiles, potitos y alimentos dietéticos, etc.).
- Artículos destinados a la incontinencia urinaria (pañales, compresas, colectores urinarios, entre otros)
- Productos antipiojos (repelentes, lociones y champús, etc.).
- Artículos de ortopedia (rodilleras, muñequeras, collarines, plantillas, fajas, etc.).
- Accesorios y productos cosméticos (desmaquillantes, cremas, lociones, entre otros).
- Productos y accesorios de higiene (champús, geles de baño, productos de higiene íntima, etc.).
¿Qué diferencias existen entre los productos de farmacia y los de parafarmacia?
Al hablar de farmacias y parafarmacias existen ciertas diferencias, las cuales radican no solo en sus regulaciones, sino sobre todo en la clase de productos que ofrece cada una, ya que aunque podrían ser parecidos, en realidad son muy diferentes.
Así, mientras en las primeras se suelen preparar, almacenar y vender medicamentos, en las segundas lo usual es que se comercialicen productos centrados en el bienestar, la salud y la higiene personal.
Asimismo, las parafarmacias ofrecen productos medicinales sin receta médica, ya que no consisten en medicamentos, encargándose tanto de su preparación como de su dispensación.
De este modo, si bien a través de las farmacias es posible adquirir no solo medicamentos que exigen una receta médica, sino también muchos otros productos; dentro de las parafarmacias solo existe la posibilidad de comprar esos otros productos.
Los cuales y por lo general, como ya hemos mencionado previamente, suelen consistir en productos destinados al cuidado y la higiene personal, primeros auxilios, remedios naturales y belleza, entre otros.
Y aunque dentro de las farmacias se puede encontrar una gran variedad de fármacos, los cuales no necesitan de receta médica, ya que suelen usarse con el fin de bajar la fiebre y/o aliviar el dolor leve, la verdad es que la mayor parte de los que ofrecen tienen que estar recetados por algún profesional médico para poder administrarlos.
En este último caso, ninguno de los productos sanitarios proporcionados por las parafarmacias tienen que estar recetados por un especialista médico, y tampoco es preciso que sean comercializados por algún profesional farmacéutico, ya que son de uso libre.
No obstante, suele ser aconsejable que algunos de los productos que suelen estar disponibles dentro de este tipo de establecimientos sean consumidos bajo la supervisión de un especialista, por ejemplo, aquellos que se encuentran destinados a controlar el peso, etc.
Ahora que conoces la diferencia entre lo que ofrece la parafarmacia y la farmacia, ya sabes a dónde acudir al necesitar algún determinado producto.