El aluminosis es un probrema estructural bastante grave por el que es importante contratar servicios de rehabilitación de edificios de todo el mundo, pero especialmente aquellos construidos con ciertos materiales en las décadas de los 60 a los 90.
Este término describe una degradación de los elementos de hormigón provocada por una reacción química. ¿Sabes cómo puede impactar en la integridad de una construcción?
Con este post podrás entender qué es el aluminosis, cuáles son sus causas y consecuencias, y te ofreceremos algunas soluciones a este problema estructural.
¿Qué es el aluminosis?
El aluminosis es un problema que afecta a las estructuras de hormigón fabricadas con cemento aluminoso. Se trata de un proceso de degradación que reduce considerablemente la resistencia mecánica del hormigón.
Este fenómeno se produce por una reacción química llamada «hidratación», en la que el cemento aluminoso reacciona con la humedad del aire y del agua, provocando una disminución de la resistencia del hormigón y haciendo que se vuelva más poroso y frágil.
El cemento aluminoso, también conocido como cemento de alta alúmina, se popularizó durante las décadas de 1960 a 1990 debido a su rápido fraguado y alta resistencia inicial.
Sin embargo y con el tiempo, se descubrió que esta resistencia disminuye de manera significativa, especialmente en presencia de humedad, dando lugar al aluminosis.
Causas del aluminosis
La principal causa del aluminosis es el uso de cemento aluminoso en la construcción de estructuras de hormigón. Este material, aunque inicialmente parece ofrecer ventajas, a largo plazo resulta problemático.
El proceso de hidratación que sufre el cemento aluminoso al estar en contacto con la humedad, transforma los componentes del hormigón, lo que reduce su resistencia y durabilidad.
El aluminosis es especialmente común en climas húmedos, donde la presencia constante de agua puede acelerar el proceso de degradación.
Otros factores que pueden contribuir a la aparición de aluminosis incluyen el paso del tiempo, la presencia de sales y la calidad del hormigón utilizado en la construcción.
Consecuencias del aluminosis
Las consecuencias del aluminosis son serias y pueden representar un peligro para la integridad estructural de los edificios afectados. Cuando el hormigón se vuelve frágil y poroso debido al aluminosis, puede comenzar a agrietarse y desmoronarse, lo que puede llevar a fallos estructurales.
En el peor de los casos, el aluminosis puede llevar al colapso de una estructura.
Pero incluso antes de llegar a este punto extremo, puede causar otros problemas, como filtraciones de agua y humedad en los interiores, y daño estético al edificio.
Por otro lado, los gastos de reparación y rehabilitación de los edificios afectados por el aluminosis pueden ser muy elevados, lo que representa una carga económica importante para los propietarios.
¿Cuáles son las mejores soluciones?
El primer paso para solucionar el aluminosis es la detección temprana. Si se sospecha de la presencia de cemento aluminoso en una estructura, es importante realizar una inspección y análisis del material para confirmar el diagnóstico.
Si se confirma el aluminosis, existen diferentes técnicas de reparación y rehabilitación. Una opción es la sustitución del hormigón afectado por un nuevo hormigón con cemento portland, que es más duradero y resistente a la humedad.
Otra alternativa es la inyección de resinas, que puede ayudar a mejorar la resistencia del hormigón y a reducir su porosidad. Sin embargo, esta técnica suele utilizarse en procesos de aluminosis menos avanzados.
En casos más severos, puede ser necesaria la demolición y reconstrucción de partes del edificio. En todos los casos, es esencial consultar a un profesional para evaluar la situación y determinar la mejor solución.
¿Cómo se detecta el aluminosis?
Detectar el aluminosis puede ser un desafío, ya que sus signos pueden ser sutiles en las primeras etapas.
Sin embargo, una detección temprana es fundamental para minimizar el daño y los gastos de reparación. Aquí te explicamos algunos de los métodos y estrategias utilizados por los expertos para detectar el aluminosis.
1. Observación visual
El primer paso para detectar el aluminosis suele ser una observación visual. Los signos de aluminosis pueden incluir cambios de color en el hormigón, grietas, fisuras o manchas de humedad. Si notas estos signos, es posible que tu edificio tenga aluminosis.
2. Pruebas de resistencia
Las pruebas de resistencia pueden ayudar a identificar el aluminosis. Si el hormigón se ha vuelto frágil y ha perdido resistencia, puede ser una señal de que ha sufrido aluminosis.
Estas pruebas pueden incluir golpear la superficie con un martillo para ver si el hormigón se desmorona o perforar un pequeño orificio para ver si el hormigón es fácil de penetrar.
3. Análisis de laboratorio
Si se sospecha de aluminosis, se pueden tomar muestras del hormigón para su análisis en laboratorio.
Esto puede incluir la realización de pruebas de difracción de rayos X o espectroscopía infrarroja para determinar la composición química del hormigón y confirmar la presencia de cemento aluminoso.
4. Evaluación estructural
Una evaluación estructural realizada por un profesional puede ser útil para detectar el aluminosis.
Esto puede implicar el uso de técnicas de inspección no destructivas, como la termografía infrarroja o la ultrasonografía, para evaluar la condición del hormigón.
Si sospechas que tu edificio puede tener aluminosis, es importante que contrates a un profesional para que realice una inspección y confirmar el diagnóstico.
El aluminosis es un problema serio que puede tener graves consecuencias para la seguridad y la economía de los propietarios de edificios. Sin embargo, con una detección temprana y la aplicación de las soluciones adecuadas, es posible gestionar y mitigar sus efectos.